La flor de jazmín tiene un aroma muy sensual y embriagador que aporta confianza, bienestar y optimismo. Despierta nuestro lado más apasionado y nos ayuda a apreciar y disfrutar de todos los aspectos de la vida. Es una flor que nos ayuda a estar a gusto con nosotros mismos y a relajarnos ante situaciones que nos producen angustias o de las que nos sentimos culpables. En cosmética el absoluto de jazmín se usa como activo antienvejecimiento que aporta luz y vitalidad a la piel, sin obviar que si nos sentimos bien por dentro irradiamos belleza irremediablemente hacia fuera.
La amatista, por su parte, es un mineral muy especial, tiene un color precioso que relaja solo con mirarlo. Dicen que es armonizadora de todos los chackras, aporta paz interior y refuerza la confianza en uno mismo. Es una piedra de superación, renovación y protectora de malas energías. Dicen que su energía es femenina, cálida y poderosa y que su contacto continúo te impregna de esta energía. ¿No os parecen unas virtudes magníficas?
Empecé preparando una infusión solar con flores de jazmín y amatista.
Antes de poner la amatista en el agua junto con el jazmín es importante cargarla energeticamente para que después deje esa energía en el agua. Yo personalmente la dejé toda la noche a la luz de la luna (si es luna llena mejor), sobre la hierba cerca del jazmín, y el día anterior había llovido un rato y también la puse debajo de la lluvia.
Un poco antes del amanecer recogí un buen puñado de jazmín y lo esparcí sobre un bol de cristal transparente donde ya estaba la amatista recubierta de agua. Lo deje al sol unas 3-4 horas antes de preparar la crema. El olor era simplemente espectacular.
Material necesario:
- 1 vaso de precipitado para la fase acuosa
- 1 vaso de precipitado para la fase oleosa
- Báscula
- Batidora para emulsiones
- Mini varilla
- Papel de pH
Antes de empezar es importante leer las pautas de higiene.
Fase acuosa:
- 29 ml. de infusión solar de jazmín y amatista
- 1 gr. de glicerina vegetal
Fase oleosa:
- 6 ml. de aceite de coco de primera presión en frío
- 6 ml. de aceite de semillas de frambuesa de primera presión en frío
- 2 gr. de manteca de karité
- 2.5 gr. de cera emulsionante nº2
Resto de ingredientes:
- 10 gotas de conservante
- 5 gotas de vitamina E
- 1 gr. de betaína de remolacha (opcional)
- 0.5 gr. de ácido hialurónico (opcional)
- 3 gotas de absoluto de jazmín
Cómo proceder:
- Se pesa la fase acuosa.
- Se pesa la fase oleosa.
- Se pone la fase oleosa (y solo la fase oleosa) al baño María hasta que haya fundido totalmente el emulsionante.
- Se retira del fuego y seguidamente se mezcla la fase acuosa a la fase oleosa con la batidora muy poco a poco para que no haya un cambio de temperatura brusco.
- Una vez hecha la emulsión se añaden el resto de ingredientes uno a uno mezclando todo bien con la varilla.
- El pH de esta crema es de 6 pero mejor comprobarlo y ajustarlo entre 5 y 7 si hiciera falta.
- Se pasa al envase.
Antes de utilizar cualquier aceite esencial es importante leer las precauciones a tener en cuenta.
Sandy García Denis
Me parece una receta extraordinaria…y llena de magia!!
La probaré!!
Ya la he hecho y me encanta!!!
Tiene una textura estupenda… y le he puesto un poquito de colorante violeta…y el resultado es espectacular!!! Gracias por la receta, es de las pocas que me ha salido bien a la primera. Un saludo.
Muchas gracias Ana por tus bonitos comentarios!!! Nos encantan!!!!! Y nos alegramos muchísimo de que te haya salido muy bien!!! Saludos
Me encanta, porque, además, el jazmín es mi flor favorita y no la puedo tener porque vivo en León. Puede ser que haga una versión con lo que tengo. Me gusta conocer a una “del gremio” que no le importa escribir estas cosas por aquí. Gracias!
hola Bego, por supuesto puedes hacerla con lo que tú creas conveniente. Ya sabes que la intuición tiene mucho que ver aquí ;). Un abrazo. Sandy