Se trata de un hongo llamado oídio o ceniza o moho blanco (Uncina necator, Erisiphe polygoni, Spaeroteca pannosa…). El calor, la humedad, las lluvias prolongadas, los riegos por aspersión y los inicios de primaveras y otoños son condiciones idóneas para su desarrollo.
No solo los rosales se pueden ver afectados, otras plantas como las hortensias o el evónimo son propensos a contagiarse.
Soy jardinera profesional y cuando estudiaba me enseñaron a tratar los hongos con un fungicida químico pero tras más de 15 años usándolo he podido comprobar que no es muy eficaz. Gracias a Sandy descubrí la magia de los aceites esenciales y ella me dio la llave para iniciarme en el camino para usarlos para curar las plantas.
Y así es como di con un tratamiento natural a base de aceites esenciales realmente nuevo muy sencillo y fácil de usar:
Mezcla para unos 1000 ml.:
- 25 gotas de aceite esencial de clavo (Eugenia cariophyllus)
- 25 gotas de aceite esencial de ajedrea (Satureja montana)
- 25 gotas de aceite esencial de orégano compacto (Origanum compactum)
- 1ml de aceite portador (el aceite de oliva sirve)
- 5 ml de jabón potásico (si no tienes jabón potásico puedes usar lavavajillas bio)
- Añadir unas gotas de limón o vinagre para bajar el pH (opcional)
- Rellenar con 1 litro de agua en un envase con spray
Procedimiento:
- En primer lugar debes eliminar todas las hojas afectadas, debes quemarlas pues son una fuente de infección. No te preocupes si el rosal se queda sin hojas, en breve brotarán de nuevo. Si no haces esto, ningún tratamiento va a ser eficaz.
- Agitar bien la mezcla y mojar el rosal por todas partes, incluso en el suelo (las esporas pueden estar en todas partes).
- Repetir el tratamiento cada 7-15 días, si llueve debes tratar más seguido porque los hongos proliferan con la humedad.